jueves, 29 de mayo de 2008

Frase de la semana

"A veces ser el último en informar es mejor que estar equivocado."

Chicago Tribune, despues de dar erróneamente por ganador a Dewey en vez de quien salió electo presidente de los Estados Unidos, H. Truman.

domingo, 25 de mayo de 2008

Francia es maltratada en los resúmenes del festival de Eurovisión ganado por Rusia con ¿un posible plagio?

Sé que el título del post es un pelín largo, pero resume en esencia lo que ha ocurrido en esta edición del festival de Eurovisión, aparte claro, de que Rodolfo Chikiliquatre ha conseguido el mejor puesto desde hace 4 años con su Chiki Chiki, aunque si no fuera por los 12 puntos que cada año nos da Andorra (gracias Andorra!!!) tendríamos un puesto mucho menor que el decimosexto conseguido.

Sé que a los países del Este no les cae muy bien Francia, y ya lo dijo Uribarri al principio, que no iba a conseguir una buena posición este año. Pero lo que hicieron los responsables de los vídeos de los resúmenes (éstos que ponen para votar por si se te ha olvidado) en Belgrado fue muy descarado. En todos los trozitos que pusieron de cada canción cogieron un corte central donde se oye la canción claramente. Con todos hicieron lo mismo excepto con Francia. Os cuento. Sebastian Tellier, el cantante del tema Divine (para mi uno de los mejores temas, al menos en originalidad) empieza su actuación llegando al escenario en un mini coche de golf, para, se sale del coche, da unos pasos y empieza a cantar. Pues bien, en los resúmenes siempre salia su llegada en coche, y cuando salia y empezaba a dar unos pasos.... cambiaban a la siguiente actuación! No lo dejaron ni hablar. ¿Cómo se va a acordar la gente si no dejan ni que cante?



Por otra parte, la canción interpretada por Dima Bilan, Believing, ganadora de esta 53 Edición del Festival de Eurovisión ya ha sido acusada de plagio. Según la página web Maripuchi.es, el tema ganador de Eurovisión es "un plagio descarado del Wild World de Cat Stevens (con algunas pinceladas del It's a sin de Pet Shop Boys)." Personalmente he escuchado el tema de Cat Stevens y la verdad es que se parecen muchísimo.



Y por último, decir que este año Reino Unido ha vuelto a quedarse por los últimos puesto a pesar de que la canción que la representaba era una de las mejores. Con esto quiero decir que Eurovisión es un concurso meramente político, en el que la calidad de las canciones y de los cantantes no cuenta para nada. Sólo se miden las relaciones políticas entre los países. Terry Wogan, comentarista de la BBC desde hace 15 años dijo en varias ocasiones mientras retransmitia el festival: "Tenemos qude considerar seriamente si queremos continuar en este concurso, porque la votación se ha convertido en una broma." Así pues, España debería aprovechar, y ya que no vamos a ganar hasta dentro de muuuuuchos años, deberíamos enviar a muchos Rodolfos Chikilicuatres y experimentar. Es un asco que nuestro país no tenga una posición central en Europa, y solo tengamos a Portugal, Francia y a Andorra de vecinos, que nos dan bastantes puntos, pero insuficientes para ganar.



domingo, 18 de mayo de 2008

Adele - Hometown Glory


El ciclo de vida de las noticias


Al igual que cualquier ser vivo, una noticia nace, crece, se reproduce y muere, o al menos eso es lo que parece.

Un acontecimiento tiene lugar en algún rincón del mundo, y tras cumplir una serie de características se convierte en noticia. Aquí asistimos a su nacimiento. Poco a poco la noticia va creciendo, cada vez hay más datos e información, y se reproduce por todas las cadenas de televisión, radio y prensa. El tiempo de vida de una noticia depende de la repercusión que tenga en la sociedad. Puede durar días o incluso semanas. Pero llega un momento en la vida de una noticia en la que deja de aparecer en los medios de comunicación masivos. Los motivos por lo que esto ocurre son diversos. Las noticias desaparecen porque ya no interesan a la sociedad (al igual que las modas se pasan), porque otras noticias más "importantes" las sustituyen o bien porque al Gobierno no le interesa que se informe sobre ese asunto y manda a los medios de comunicación aquello sobre lo que tienen que informar.

¿Qué ha pasado con la gripe aviar? ¿Y con el SARS, la neumonía atípica por la que millones de chinos tenían que ir con máscarillas por la calle? ¿Han desaparecido? Por supuesto que no. Las enfermedades siguen ahí, y hay gente que sigue enfermando, pero ya no interesa a los medios de comunicación o al Gobierno no le interesa que se informe sobre ello. La cuestión es que ya no aparecen en los telediarios.

El tiempo de vida de las noticias es discutible. De repente algo se pone de moda. ¿Os acordais cuando se puso de moda los ataques de perros? Por casualidades de la vida, en cada pueblo había un perro atacando a alguien. ¿Es que los perros han dejado de morder a la gente? Con Josef Fritzl ha ocurrido lo mismo. Más monstruos han salido de su escondite. Desgraciadamente se irán descubriendo más monstruos, más enfermedades, pero no serán noticia. No nos podremos informar de la manera convencional. Aquí es donde entra en juego Internet.

Gracias a Internet, que por cierto, acaba de celebrar su día internacional, podemos seguir informándonos de aquello que ya no tiene lugar en los medios de comunicación masivos. Si alguien quiere buscar información sobre cualquier cosa, ahí estará siempre Internet, bueno, siempre siempre.... hasta que alguien joda el sistema y se caiga la red, como La Jungla 4.0. Menos mal que ya hay cinco hackers menos para evitar que esto ocurra.


miércoles, 7 de mayo de 2008

Criticar por criticar

Los editoriales son una ventana al mundo para la opinión de los periódicos. Representan una vía de escape para aquellos que prefieren no expresar directamente su opinión bajo su nombre propio. Todo el mundo tiene derecho a opinar y a expresar aquello que piensa, pero hay que saber criticar y opinar con fundamento. Hay tantas líneas editoriales como partidos políticos y cada uno defiende unos ideales diferentes. Por ello es imprescindible basarse en hechos para respaldar una idea. Esto lo han aprendido todos los periódicos, pero no obstante, hay algunos que pecan de olvidar dar sus propias soluciones. Es muy fácil criticar una acción del Gobierno, pero son pocos aquellos que dicen qué hubieran hecho en su lugar. A veces da la impresión de que los editoriales no se diferencian en nada de los demás textos opinativos.

El Mundo escasea en editoriales con soluciones al problema que plantean. La mayoría de los textos son párrafos llenos de hechos, antecedentes y declaraciones de personajes para reforzar y justificar la idea que se defiende. Es muy fácil coger cuatro datos y decir que el paro ha subido, que hay crisis y que el Gobierno no ha sabido tratarla, pero ¿qué debe hacer el gobierno o cómo debe actuar para solucionar esto? La respuesta debería incluirse en el editorial, pero sin embargo no aparece, dejando el texto medio cojo. Los editoriales del periódico El País tampoco pueden presumir, pero en ocasiones intenta aportar algo o por lo menos, decir lo que no se debe hacer. ABC es el periódico que más se atreve a mostrar sus cartas, y no sólo por su vocabulario directo y crítico, sino por dar soluciones y ponerse en el lugar de los que gobiernan. Sus editoriales siguen fielmente el esquema del editorial clásico.

Cada periódico es libre de elegir el tema de los editoriales, pero los periódicos con una ideología afín tratan temas parecidos. ABC y El Mundo tienen predilección por la política y las crisis, mientras que por ejemplo El País trabaja temas más sociales diferenciándose de los anteriores. Los temas tratados en el editorial suelen estar en la portada de los periódicos. El opinar sobre temas candentes, que son noticia ese mismo día, puede considerarse positivo, pero tal vez se precipitan opinando sobre algunos temas. Se debería dejar al lector al menos un día, o por lo menos unas hojas (El Mundo empieza directamente con opinión), para poder leer la noticia y crearse una opinión personal antes de leer la del periódico. Así, exceptuando hechos de mucha importancia, El País suele hablar sobre temas que han publicado el día anterior al igual que ABC.

Cuando periódicos como ABC y El País coinciden en un tema en el editorial, como la religión, se ve con claridad la línea de cada uno. Pero no siempre los periódicos que son de partidos diferentes tienen ideas diferentes ante los mismos hechos, pues a veces la realidad es innegable. Todos han coincidido en que el Gobierno no ha actuado correctamente ante el caso del aceite de girasol contaminado, aunque cada uno a su estilo. Mientras ABC expone su opinión y lo que hubiera hecho si fuese el Gobierno (o lo que deben hacer ahora) como El País, El Mundo sólo opina.

Algunos periódicos, como El Mundo, deberían quitarle el polvo a los manuales de periodismo, volver a crear editoriales siguiendo el esquema que les caracteriza y aprovecharlos para dar soluciones y aclarar sus ideas. A veces da la sensación de que la única diferencia entre un editorial y un texto opinativo cualquiera sea la ausencia de firma.

Periodismo y cine: Todos los hombres del presidente

Cuando el 1 de Junio de 1972 salió a la luz el “Caso Watergate” (robo a las instalaciones del partido demócrata) los medios de comunicación se dedicaron a contar lo que las fuentes oficiales dijeron. Pero en el Washington Post dos periodistas, Bob Woodward y Carl Bernstein, siguieron una pista (el nombre de Howard Hunt en la agenda de uno de los detenidos por el robo), a pesar de que las fuentes oficiales la desmentían, y llegaron al final del asunto gracias a ella. Fueron tirando del hilo hasta llegar al final. No siguieron la forma habitual del periodismo a la hora de investigar un casi así. No creyeron a las fuentes oficiales (tenían la teoría de que iban a poner micros en el apartamento), casi toda su investigación se basó en fuentes anónimas y sus vidas estuvieron en peligro.

Está claro, que el Washington Post y sus reporteros no trataron este asunto como los demás medios. En la película “Todos los hombres del Presidente”, se destaca que en la ciudad de Washington había unos 2000 periodistas y sólo 5 investigaban el Caso Watergate, y la mayoría eran del Washington Post. Es más, este periódico es el único que siguió investigando en el caso una vez dejó de ser interesante para la mayoría de la sociedad. Esto confirma que a pesar del poco interés de la audiencia, siguieron investigando hasta el final. Y cuando ya estaban llegando a ese final y se sentían cada vez más presionados, aguantaron y respondieron, “porque estaba en juego la libertad de prensa y quizá el futuro del país.”

Una vez que empezaron a investigar se dieron cuenta de que las fuentes oficiales mentían y que había mucha gente coaccionada. Ya sabían que algo grande se ocultaba tras todas esas contradicciones e informaciones que iban obteniendo. Así pues, no sólo estuvieron motivados por el sentido de responsabilidad e interés público, sino por todo lo anterior y por la búsqueda de la verdad.

La investigación que llevaron a cabo fue difícil, pues se basaron en fuentes anónimas, desconocidas, y sólo por testimonios que después debían de ser confirmados por otras fuentes o por pruebas que indicasen que la información era cierta si la querían publicar. Gracias a estas fuentes se resolvió el caso, aunque no lo habrían conseguido sin la fuente conocida como Garganta Profunda, quien se citaba con Woodward en un oscuro aparcamiento y le daba información off the record. Woodward solo podía utilizarla para apoyarse en su investigación. Y gracias a las palabras de esta fuente, “sigue el rastro del dinero”, pudieron encontrar a las personas implicadas en el caso.

La investigación del Caso Watergate es relevante para el periodismo de nuestro país, pues no es el caso en sí lo que realmente importa, sino la manera en que fue investigado. A pesar de todas las dificultades que se encontraron en el camino llegaron hasta el final y descubrieron la verdad. A partir de ese momento las fuentes oficiales dejaron de tener esa credibilidad de la que gozaban y el mundo entero se dio cuenta de ello.

lunes, 5 de mayo de 2008

Frase de la semana

"Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya."


Henry Fielding
(1707-1754) Novelista, autor teatral y jurista inglés.

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